Vértices de un espacio hueco.

Seguimos con la segunda improvisación, hoy tenemos una nueva imagen. La misma, también es creación de Ayelén Medina.

No voy a decir más nada, simplemente voy a empezar a dejar que fluya. Y aquí va...

Fotografía por Ayelén Medina

Y ahora, en lo poco que nos queda...
en lo que ya se ha ido en la espera
en todo lo que soñé siendo un tonto y no un poeta

prefiero que me digas: "La verdad ya no está quieta..."

para quedarme tranquilo
y no ser tan inocente.
No quiero sentirme un idiota, quiero solo estar tranquilo
pasar desapercibido pero por un tiempo anidar en tu corazón... solo un ratito. 

Incluso viniendo, incluso volviendo
tan solo viajar: es una hora más.
Pensar, fue mi boleto... el destino fue un desquicio. Y no bajarme
fue un descuido.

La noche no me orienta, me deja solo y a la espera
dándome foco con las buenas y las malas
a orillas de un estrella.
Más y cuanto menos, que ya no entiendo...

que ya no puedo.

Pero aunque el cielo no se vea, y a lo lejos este suelta
la Luna y sus fronteras que colapsan de sonrisas
que le sobran y recuestan... en el fondo del olvido.

Lo cierto, es que es difícil discernir... luego de pensar en alto...

luego de haber bajado tanto, del cielo, de los mares y los llanos,
que nos encierran... en tus perfectos ojos... ya custodiados.

Desde abajo solo veo, cuanto falta de aquí al cielo
cuan lejos de ti estoy y cuanto me he tardado en darme cuenta
de que jamas habrá lugar... para presenciar un ocaso de lado a lado. De cielo a cielo. 

Hoy eres mi único espejismo, a la sombra el único espectro: que me acecha con deseo...
en mi memoria, en mi destierro. No quedó rastro, del amor que estos dos mundos
llevaron lejos. 

Aun, te guardo tus recuerdos, aun, te persigo perdiendo sueños.