Fanatismo al peligro.

Hay miles de leyendas por contar...

Y había tanto.

Había tanto tiempo para seguir aquí sentado
pero he decidido caminar un rato…

Era una noche dichosa
tal de contemplar
admirar y querer abrazar
como el sol a las hojas
y un amo a su mascota,
y como para exceder el encanto
estaba de verde esmeralda
una naranja marmolada
de violeta y de rosa
con una capa de escamas
que retaba a todo el reino
a una batalla campal.

Desplegadas las hordas
la frutera se volvía un caos…
¡Todos estaban exaltados!
Querían ver quién era el retador
quien tenía el jugo para soportar
la bestial batalla de cítricos.

Gigante y de amarillo valor
se paró un limón
de carácter acido
y haciéndose notar dijo:
‘Quien me otorgue una espada
vera derramado todo el jugo que guste.’

Las naranjas siempre serán naranjas
los limones siempre serán limones.
No hay realidad, sentimiento o frontera
 que una palabra pueda cambiar…
pero si un mundo de fantasías.
Hoy vivo en el ensueño
de saber que estas allí para mí…
e increíblemente, no encuentro la puerta
que me lleve a hacer realidad mi despertar.
No hallo el modo de volver,
a donde estuvimos aquel día
en el que los mundos colisionaron y dieron espacio
a nuestro paraíso por unas horas…
una vez más… daría la vida por volver.