Irrumpiendo melodías.

Con ella descubrí que morir era tan natural como despertar tarde un fin de semana, o lanzar una blasfemia luego de un doloroso golpe al picaporte.
Con ella me había dado cuenta de cuando fácil es sufrir una hemorragia, un caída, o peor... un accidente.
Ah, si, ea.
Pues, no me tomo mucho tiempo darme cuenta que estaba demente. ¿A quien mas no? ¿O tal vez, si?
Luego, no lo creí así, no... claro. Aunque aun así, entendí algo... el amor siempre fue, sera, y es... una locura.

Hay palabras que rejuvenecen,
pues para un preso…
‘Tienes visitas…’ es la gloria.
Para mí, que ella me diga…
tan solo, “Te amo” es volar a otro mundo.

Para muchos,
una imagen también rejuvenece…
para grandes artistas,
ir al museo y ver paredes plagadas de pinturas
es encontrar las puertas al cielo…
para mi, verla sonreír... es entrar al mismo Edén.

Para muchos, la música viene de un instrumento…
pero cuando ella me habla con el corazón,
jamás escuche cuerdas, ni menos percusión…
eso para mí, si es la verdadera música.

Muchos tienen miedo a la muerte,
pues yo me siento cómodo viviendo
cuando ella esta tan cerca y tan lejos,
dentro de mí y tan lejos de mi…
pero sobre todas las cosas,
dentro de mí, de mi corazón.

A veces pienso,
y disfruto soñar…
que algún día ella,
se acercara a mí con una sonrisa
y me apresara en sus brazos
diciéndome “Te amo”
para dar comienzo a mi funeral.