Infesta de Conciencia

Merodea la presa casada por un espectro,
acecha inerte la brusca sombra
deseosa de evitar la muerte inhóspita.

Caída estaba su ala,
desterrada de la fiebre del vivir
cegada por la misma nube
que le permitió vivir.
Oscuro era su llanto,
anhelaba un paraíso a su paso
solo encontró penumbras, bajo su manto.

Tome la luna de la ventana,
y creyendo que todo estaría bien
la tome con la confianza
de jamás despertar.

Tome la luna de la ventana
la lleve a mi corazón,
la invite a pasar
dándole el privilegio de ser la única
que se pose sobre mi corazón
y los sueños que este irradia.

Le quite la luz a la vida,
los deje a oscuras buscando la rabia
que olvido la infancia…
cuando se llevo infestada un alma.
En busca de que paraíso y con qué discordia
iras en busca de una vida que solo comprende
la aventura de jugar con la cabeza
y golpear cada instrumento contra la acera.
Aun así, no recuerdas con que discordia
has derrumbado el espacio,
lo olvidaste.

La tome con confianza
creí que podría hacerlo…
y que la felicidad yacía en su esplendor,
la tome con confianza…
pues yo creía que sería digno
de tenerla en el corazón por siempre
y que los caminos serian los mismos
toda una vida.

Pensé que lo merecía,
pensé que era capaz.
Pensé, lo pensé todo.

Pero sigo pensando que esta fiebre
ya no es enfermedad,
es una locura única,
que jamás podre curar.
Eres un aditivo carcelero
has logrado la ruina del desierto

y atraído a mi corazón los mil recuerdos.

Despiadada es la luz que deposite en mi pecho
y horrible el néctar que ha dejado este amor sin desprecios.